lunes, 9 de febrero de 2015

XXIII


¿Quién rayos era ese tal Eggman? Era un nombre inusual. No lo conocía, ni quería conocerlo, aunque ciertamente tenía muchísima curiosidad. Pensaba que la naturaleza de aquella chica era algo inconcebible, no obstante al lado de él ya no era gran cosa. Resultaba un ser incluso aún más misterioso, fascinante. Pero peligroso. 

No teníamos tiempo, salimos con prisa. Apenas había deparado en el clima, gélido, la noche se perdía en su total oscuridad. No podía sacar de mi cabeza la duda de quién era ella y qué era para Shadow, pero eso era lo de menos ahora. Debía enfocarme en lo más importante; su rescate. 

Nos adentramos en el bosque pancromático. Estaba impresionado con la velocidad y la agilidad de Shadow, tomándome la delantera, esquivando ramas y piedras sin prestarles mayor atención. Más impresionante me resultaba pensar que ésta no era su máxima velocidad, y que la única razón por la cual se contenía era porque debía guardar energías. El erizo era el más fascinante de todos. Me había contado su historia y aun así anhelaba ansioso llegar a conocer más de su vida, de él. Él era el más misterioso. Lamentablemente, también era el más sombrío, quien había recibido múltiples veces los peores golpes de la vida. 

Temía que él fuera el más peligroso. 

El plan se hizo de camino mientras corríamos, no sonaba en lo absoluto complicado. Pero una cosa era decirlo y otra era ejecutarlo. 

- Si la puerta no abre a las buenas, será a las malas. – Habló con el semblante serio, siempre con la vista al frente. – Tú buscarás a Miracle y la sacarás de la base en cuando antes. No me importa dónde, luego no reuniremos. 

- ¿Qué harás tú? 

- Yo iré por Eggman. 

Quedó decidido y nos dividimos. No le di mayor importancia a su impaciencia, confiaba en él, y para cualquier inconveniente teníamos este par de comunicadores, podíamos mantenernos en contacto. 

Pero Shadow mintió, en ningún momento actuaría a las buenas. Aunque reprimido, sabía que se encontraba furioso. No se detuvo ni un sólo instante. Entramos a una choza abandonada en la quinta parte del bosque. Apenas entramos, aceleró aún más y destruyó la puerta que se encontraba al fondo de un sólo golpe. Dio un gran salto y comprimió su cuerpo, volviéndose una esfera y girando a gran velocidad. La fricción terminó por destruir la plataforma metálica que se encontraba bajo sus pies. 

Descendimos por un largo trayecto, en caída libre. Independientemente de nuestra agilidad, la caída fue tal que nuestras piernas resintieron el impacto, pero eso a él no lo detuvo. Yo, al contrario, tuve que detenerme. Estaba asombrado por lo que veía. Era una base subterránea, como las que se veían en las historietas de súper héroes, pero ésta era de verdad. Avancé a paso lento, temeroso de caer en alguna clase de trampa, palpando las paredes con mis manos y buscando mi camino en la penumbra. 

No vi qué camino tomó Shadow, por lo cual avanzaba con temor a encontrármelo en el camino. No había ruido alguno, únicamente me acompañaba el sonido de mis pasos. Me ponía nervioso, pero tenía que superar la oscuridad del lugar y finalmente aceleré el paso. 

Recorrí cada pasillo a gran velocidad, asomándome por donde pudiera; había muchas máquinas, operadores, desorden y muchas compuertas. Pero no había rastro de la niña. Algunas puertas se encontraban completamente cerradas, aisladas, por lo cual era imposible saber qué habría del otro lado sin abrirlas. Cada vez que forzaba una puerta, mi corazón se aceleraba pensando en la posibilidad de encontrar al loco profesor que habitaba este laberinto. Para mi suerte, nunca me encontré con algún contratiempo, y fue tan sólo en la segunda puerta que encontré a quien buscaba, completamente abandonada. Definitivamente se encontraría en la habitación más escondida, aunque tras una puerta que no fue en lo absoluto difícil abrir. 

- ¿Miracle? – Dije adentrándome en aquel cuarto completamente oscuro. Vi una silueta al fondo, enroscada. Regresó la mirada y se levantó inmediatamente al escuchar mi voz. 

- ¿Quién está ahí? – Preguntó, acercándose, más confundida que asustada. Apenas la luz pegó contra ella, vi cómo se dibujaba gran alivio en su rostro. - ¡Eres el amigo de Shadow! 

- No estoy tan seguro de eso. – Respondí esbozando una sonrisa, disminuyendo la tensión. 

Era un alivio verla con bien, no me había podido sacar sus gritos ahogados de la cabeza, gritando el nombre de Shadow frenéticamente. Apenas era audible en la transmisión, pero no por ello fácil de ignorar. 

- Él tiene su forma peculiar de hacer amigos. – Me correspondió la sonrisa, desviando la mirada. – Vámonos. – Añadió acercándose a la salida de aquella habitación, volteando a ver a todos lados e invitándome a seguirla. – El profesor Eggman es un despistado, seguramente olvidó activar las defensas de la base otra vez, eso explicaría cómo llegaste hasta aquí. Pero no por eso podemos permitirnos perder tiempo. Salgamos de aquí. 

Asentí y fui tras ella. Era rápida, y gracias a los patines que llevaba puestos pudo mantenerse frente a mí sin impacientarme. Era un modelo similar al que traía Shadow. Era sigilosa, se mostraba muy atenta al camino, y muy atenta a mí. Un par de veces me regresó a ver con una amigable sonrisa, se preocupaba por mí. Resultaba gracioso, pues era yo quien llegó a rescatarla y ahora era ella quien me guiaba y tenía intención de protegerme. 

No había tenido oportunidad de conocerla, cierto, pero me parecía una persona agradable. Misteriosa, pero agradable. Me preguntaba por qué Shadow la odiaba. Cuando habló de ella en ningún momento pensé que sería alguien terrible, pero la ignorancia pronto hizo que me diera mala espina. 

- Hemos llegado. – Dijo frenando en una intersección con varios pasillos. – Si sigues todo recto, encontrarás la salida. Yo todavía tengo algo que hacer. ¡Te veré en el bosque en unos minutos! – Ni bien terminó su oración, ya se había echado a correr. Por suerte, al escuchar mis palabras, una vez más frenó. 

- ¡Espera! ¿Dónde está Shadow? 

-Es gracioso, yo quería preguntarte exactamente lo mismo. – Respondió desviando la mirada, sosteniendo una sonrisa nerviosa. 

- Lo creas o no, él está aquí. Vinimos a rescatarte. – Sonreí con confianza, dejándola sorprendida. – Fue a buscar al propietario de esta macabra instalación, seguramente va a darle su merecido. 

- ¡Shadow va a enfrentar a Eggman! – Añadió aún más sorprendida, tornándose seria al concluir su oración. – Bien, no sé cuál sea su plan, pero el mío sigue siendo el mismo. – Me dio la espalda, pero al cabo de un momento me dirigió nuevamente una sonrisa. – Tranquilo, él puede cuidarse sólo. Además, no pienso tardar. Ahora que sé que también estás tú aquí puedo desplazarme sin temor. 

Desapareció por el camino que ya había tomado, dejándome atrás. No sabía si era una buena idea dejarla irse sola, tampoco sabía a dónde se dirigía, y si seguíamos siendo parte del mismo equipo. Pensaba que ella también tenía planeado ir a enfrentar al profesor Eggman, pero cambió mi opinión cuando escuché una carcajada provenir del camino opuesto al que ella había tomado. En vista de que ella no iría a apoyar a Shadow, yo eché a correr en esa dirección. 

Tropecé un par de veces en aquellos pasillos abandonados, pero nada me detendría. Las voces subían de tono conforme me acercaba, era su voz contra otra, y en menos de un minuto lo había encontrado. Temía por Shadow. 

Llegué a una habitación extensa, inmensa. Disminuí el paso, regresando a ver a todos lados, curioso, en busca del erizo. Por unos instantes una luz pasó sobre mí, por lo cual decidí esconderme lo más pronto posible tras unas cajas que se encontraban junto a mí. Estaba espiando, no podía ver con claridad aquella vieja y polvorienta instalación, pero podía escuchar su discusión a la perfección. Una voz predominaba, su eco retumbaba por toda la habitación, fuerte, poderosa, intimidante, mientras que la otra se escuchaba lejana, distante. Ésa era la de Shadow. 

- No me incumbe lo que te movió a regresar, Shadow. – Lo escuché decir cuando finalmente recuperó el aliento. – No eres tan prodigioso ni especial como te gustaría creer. La verdad es que siempre preferí a Miracle. Era un mejor aliado que tú, mucho más útil, y mucho más agradable. 

- Ja, ¿y crees que eso a mí me importa? No necesito que seas tú quien me evalúe para saber de qué soy capaz. 

- Bien, no puedo mentir. Sí, eres un ser extraordinario, podrías tener lo que quisieras con tan sólo proponértelo. – Se encontraba tras una cabina, aislado de todo lo demás, bajando la mirada para verlo. – Pero, al igual que con Miracle, de nada me sirve que sean tan extraordinarios si no me obedecen. Y gracias a tu pequeña broma no sólo ya no los tengo de mi lado, ahora ella también está en mi contra. 

- Pero eso era de esperarse, tarde o temprano sucedería y se iría, ¿o en verdad te sorprende? – Shadow dio un paso al frente, alzando la voz. - Nos tienes atrapados con mentiras y trampas, ¿y en verdad esperas que permanezcamos aquí? Nunca más volveremos a servirte. Nos necesitas, Eggman, y con nosotros fuera tu investigación se queda estancada. 

- ¿Todavía no lo comprendes, Shadow? – Cuestionó haciendo una pequeña mueca, bajando la voz, juntando sus manos y apoyándolas sobre el tablero de operaciones que tenía frente a él. - Son ustedes quienes me necesitan. Jamás podrán exceder sus propios límites sin mi ayuda. ¿Acaso olvidas que es gracias a mí que tú sigues con vida? 

- ¿A cambio de qué? ¿Tu beneficio propio? ¿A eso le llamas exceder mi propio límite? – Shadow soltó una breve carcajada, pero pronto se descruzó de brazos y se tornó serio. – Pero a mí no me engañas con esa máscara de crueldad, Eggman. Sé que tú no te permitirías que algo malo le sucediera. ¿Dónde está Miracle? – Exigió con una convicción impresionante. 

- Qué ingenuo eres, Shadow. – Sonreía, moviendo la cabeza de un lado a otro. - ¿Qué te hace pensar que la chica me importa en lo más mínimo? Más alocado aún, ¿qué te hace pensar que ella sigue con vida? ¿Por qué no le haría daño? 

- Porque yo no te dejaré ponerle ni un sólo dedo encima. – Estaba incrédulo. Me impactaba ver a Shadow tan serio, hablando con tanta firmeza y pronunciando cada palabra con tanto vigor. Jamás lo había escuchado hablar así. – No sigas haciéndome perder el tiempo, Eggman, no hay trampa ni dobles intensiones. Te devolveré tu estúpida gema a cambio de la niña y me iré. 

- Tú eres quien se niega a escuchar, ya te dije que mi propuesta fue acelerada, pero gracias por tomarte la molestia de visitar. No hay trato, erizo. – La sonrisa burlona de momentos atrás se había desvanecido por completo, no quedaba pizca alguna de buen humor. Su rostro había ganado un aire indescriptible, frío. Había tenido la oportunidad de conocer la verdadera naturaleza del profesor Eggman tan sólo a través de su mirada, pero todavía ocultaba algo, algo que no podía descifrar a simple vista. – Acepto que quiero mi esmeralda de regreso, pero he cambiado de opinión. Por nada del mundo te entregaré a Miracle. Si ella no está de mi lado, mucho menos permitiré que esté del tuyo. 

- A partir de este momento ella ya no tiene nada que ver con esta absurda misión, ni conmigo ni contigo. ¡Deja de tomar decisiones por los demás! 

- ¡Cállate, Shadow! – Rugió sumido en gran furia. Su semblante era peor cada palabra que pronunciaba, cada cosa que escupía, pues se encontraba completamente fuera de sus casillas. - ¿Qué ganabas con tu estúpida intervención? ¡Ella no se pondría de tu bando, ella es parte de este equipo! ¡Ella es mi compañera y seguiremos con nuestra investigación! No me importa si tú quedas fuera, me importa muy poco lo que decidas hacer con tu patética vida, ¡pero no me seguirás arrebatando más ideales! 

- ¡Ya basta de tanto teatro, Eggman! – Sus voces chocaban, la atmósfera estaba llena de tensión y el eco resultaba insoportable. Quería interferir, decirle a Shadow que la chica se encontraba a salvo, pero esto ya no se trataba de ella, o de mí. Se trataba de Shadow. - ¿Crees que no sospecho que eres quien está detrás de todo esto? ¿Qué eres tú el único culpable de que nos enfrentemos a este caótico conflicto? No sé cómo, pero sé que, si no fuera por ti, esos seres ancestrales seguirían descansando en paz. ¿Cómo obtuviste la espada? ¿Cómo sabes tanto de ellos? Y, lo más importante, ¿por qué te interesas tanto en ellos? Vas tras su poder, ¿verdad? Y pensar que le confías su arma a una niña. Quien te conozca sabría como yo que a ti no te importa ayudar a la gente, tú no sabes lo que es proteger. 

- Eso es… 

- La única persona que te ha importado alguna vez en la vida está en grave peligro justo ahora por tu propia culpa. – Interrumpió alzando nuevamente la voz. - Y eso desde que se conocen. La envías a todas esas peligrosas expediciones sin considerar el verdadero peligro que significan. 

- Miracle es perfectamente capaz de cuidarse por sí misma. Siempre está armada, y la razón por la cual ella sigue aquí es porque todavía me queda una última opción para recuperarla. Potenciaré su poder, será leal. Será lo que tú nunca serás, Shadow. Será perfecta. 

- Espera, ¿de qué me estás hablando ahora? – Se puso nervioso, una gota de sudor recorrió su rostro, retrocediendo un paso sin haberlo notado. 

- A menos de que tú aceptes, claro está. Todavía está abierta mi oferta, Shadow. ¿Por qué dejar a medias lo que ya empezamos? 

- Eres un enfermo… ¡Ni te atrevas, Eggman! – Finalmente explotó. –Por alguna razón llegué a pensar que, si pudieras sentir algo de bondad, sería por esa niña que entregó su vida a tu estúpida causa sin pedir nada a cambio. Ahora comprendo que no. Eres un convenenciero, un infeliz sumergido en su propia ambición que está destinado a sufrir en su propia soledad. 

- Y tú un perdedor sin sueños que está destinado a morir cuando yo así lo quiera. Además, lo que me acabas de decir me recuerda más a ti que a mí. ¿No eres tú quien vive una vida desdichada desde el inicio de los tiempos? Y eso por derecho divino, hijo de Downhood. 

- Mátame si quieres, no me importa. – Cuando escuché decirle aquello, con ese tono, con esa resignación… las palabras de ese ser le habían llegado. Sin embargo, al instante recuperó confianza, la gran seguridad que lo caracterizaba. – Pero te prometo que si yo muero, tú te irás conmigo. 

- Relájate, Shadow, ¿por qué tan serio de repente? No pienso en esas cosas. Te dejaré ir. Vete, vete y llévate a Miracle, que lleva ahí parada ya durante unos instantes, impaciente. – Se mostraba mucho más calmado que momentos atrás, haciendo ademán de que se marchara. Incluso se mostraba desinteresado, un cambio de actitud realmente drástico. - Pero antes espero que, como caballeros, cumplas con tu parte del trato. 

Shadow, confundido y dudoso, había sacado la esmeralda en cuanto regresó a ver y comprobó que, en efecto, Miracle se encontraba detrás de él, con los ojos bien abiertos, escuchando incrédula la discusión. Observó por todos lados, deteniendo la mirada ora en la esmeralda que tenía en las manos, ora a la chica que tenía tras él, con ojos suplicantes. 

- ¡Él no me liberó! ¡Yo escapé, no tienes por qué devolverle la esmeralda! 

No había deparado en su llegada, pero podía afirmar que llevaba mucho menos tiempo que yo. Lo podía adivinar porque su rostro tenía mucho mejor aspecto que el mío en esos momentos. 

- Miracle, cierra la boca. Hubiera querido ver con mis propios ojos tu rostro de estúpida al descubrir en qué habitación te había escondido. Esa puerta ni siquiera es puerta, ¿para qué aprisionarte? Tenía un trato con Shadow, y lo cumpliré. Devuélveme la esmeralda. 

- ¿Y usted para qué quiere de regreso esa esmeralda? 

- Es una garantía. Si ustedes echan a perderlo todo por su cuenta, yo todavía tendré armas para defenderme en contra de esos seres ancestrales. – Respondió cortante, casi ignorando la intervención de Miracle. - Aunque sea sólo una. 

- Está bien… 

- ¿Qué? ¡No! ¡No puedes! ¡No debes! 

- ...cumpliré mi parte del trato. 

Así como hizo el profesor segundos atrás, Shadow ignoró la súplica de la chica e, incluso después de dudarlo unos instantes, finalmente lanzó la esmeralda por los aires, la cual el profesor consiguió atrapar sin siquiera regresar a ver. 

- No entiendo por qué seguimos con estos juegos, Eggman. – Dijo Shadow retrocediendo unos pasos, colocándose frente a Miracle, indicándole que se marchara, sin regresarla a ver. No habló sino hasta que finalmente ella se fue. – ¿Qué fueron esas palabras, ese cambio tan repentino? Bien, tienes lo que querías y yo lo que quería, ¿o acaso tienes algo más bajo la manga? 

- Absurdo. Shadow, tú sabes que nunca he tenido nada que ocultarte. – Respondió sacando un extraño artefacto de su bolsillo delantero, exponiéndolo como si se tratara de un aparato valioso. – Tú sabes de antemano lo que sucederá cuando apriete este botón. ¿Sabes qué es lo divertido del asunto? Que no sabes cuándo apretaré este botón. – Soltó una tediosa carcajada, gozando de su terrible juego macabro. 

- ¿Por qué no sólo lo presionas ahora? – Mi corazón se heló al escuchar que lo retaba de esa manera. Su rostro seguía mostrando la misma convicción de momentos atrás. 

- Por dos sencillas razones. La primera es simple. Tú sabes que este control no es mi favorito, está limitado a simplemente detener tu corazón. En segunda… - Shadow tragó saliva, yo tragué saliva al verlo lanzar y atrapar el artefacto tan desinteresadamente. Un minúsculo movimiento en vano y podría apretarse ese botón, y tan torpe como se presione ese botón, tan torpe daría fin a la vida del erizo. – Este no es el momento. ¿Quieres saber cuál es el momento indicado? No es cuando dejes de servirme, como ya has comprobado, o cuando me aburra de ti, como tanto has creído. Shadow, has superado esas dos etapas y todavía no tengo ganas de matarte. Te diré cuándo sucederá, pero eso sólo te causará más impaciencia e intriga porque no sabrás el momento exacto. Bien, terminaré con tu vida cuando comiences a valorarla. ¿Por qué pones esa mueca? ¡Ah! Es una sonrisa, ¡se ven tan mal en tu rostro demacrado! Tú ya comienzas a valorar la vida, lo puedo adivinar por la forma en la que viniste a rescatar a tu amiguita. Y no sólo eso, ¿tan despistado crees que soy? Yo sé que no vienes sólo, y que viniste con alguien más, ¿no me digas que no es un amigo tuyo? 

- En eso te equivocas, Eggman. ¿Amigos? ¿Yo? No me hagas reír. – Shadow se cruzó de brazos, trataba de fingir desinterés, pero a leguas se notaba que no podía simplemente desviar la mirada y escuchaba con toda atención sus palabras. 

- Bueno, veámoslo desde otro ángulo. ¿Por qué salvaste a Miracle si no tienes la más mínima señal de estima por ella? ¿Será acaso porque es un ser vivo y comienzas a aprehender la idea de que los seres vivos deben de ser libres? 

Shadow no pudo responder. Se mostraba nervioso, miraba a todos lados, una salida. La carcajada del profesor nuevamente retumbó por toda la habitación. 

- El verdadero operador, el cuál casi logras destruir, felicidades por cierto, no está limitado como este artefacto. El botón que tú averiaste es el que simplemente apagará el corazón. El segundo hará que tu cuerpo vuele en millones de pedacitos, ¡Boom boom! ¡Serás como confeti y serpentina! ¡Se hará un gran festejo frente a tus queridos amigos el día en que decida apretar ese botón! 

Quise interferir, quería callarlo, arrebatarle el artefacto, incluso quería... Ya no podía pensar con claridad. Era cruel, era un ser cruel, no era humano. Era un monstruo. 

- Pero, si juzgas que me estoy tardando demasiado… - Dijo en un tono lleno de piedad, el cual no podía advertir si era honesto o fingido. Para la sorpresa de ambos, le arrojó el artefacto a Shadow, el cual atrapó, no podrá negarlo, con dedos torpes. –… Por favor, no dudes en usarlo. Entiendo que puedas llegar a desesperarte, y aunque amaría tenerte en la intriga durante mucho tiempo, prefiero que tomes la salida fácil si acaso alguna vez se vuelve insoportable la espera y piensas en alguna locura. 

Eso fue lo último que se dijo en aquella discusión. Finalmente Shadow le dio la espalda y se marchó de aquel lugar, soltando un gruñido al hacerlo, ocultando aquel artefacto en su chamarra, no sin atreverse a soltarlo. 

Quise ir tras él, pero no conseguía levantarme. Mi respiración seguía siendo agitada y mis miembros ya no me obedecían. Lo que había visto, las cosas que escuché… No fue eso lo último que escuché. Finalmente conseguí sostenerme sobre mis pies, seguía temblando, no podía alzar la mirada y seguía escuchando. Esta vez ya no era una risa macabra, era un sollozo lastimero. Alcé la mirada por unos instantes, curioso. Mis oídos no me habían engañado. Estaba golpeando como loco el tablero de operaciones que tenía frente a él, maldiciendo el nombre de Shadow, el de Miracle. Se dejó caer de su asiento, con sus manos recorriendo cada fibra de su rostro, tenso, como si buscara arrancar éste en un arrebato de desesperación. Lo había escuchado todo. 

Salí de ahí a paso torpe, la mirada perdida, absorto en mis pensamientos. Tropecé un par de veces, pero me levanté, me levanté y seguí. Llegué al bosque a paso lento. 

- Sonic… - Shadow regresó a verme. Todavía se encontraban bastante cerca a la entrada de la base, aquella choza abandonada. Parecía que me habían esperado, impacientes. Trató de acercarse, pero yo no le di la oportunidad. Volví a mí mismo, finalmente pude procesar todo el momento, retrocedí unos pasos. – Sólo quería… ¡Oye! ¡Apúrate! Si ese loco cambia de opinión y sale, estamos perdidos. 

- Perder tiempo… No, no, no…. – Me estaba ahogando con mis propias palabras. No lo veía, me preocupaba más por respirar, retrocedía. 

¡Desgraciado! ¡Sufrirás! ¡Me encargaré de que sufras! ¡Los odios! ¡Los odiaré por el resto de mi vida! ¡Incluso en la tumba seguiré maldiciendo sus nombres! 

- ¿Te encuentras bien? No podemos perder tiempo, andando. 

¡Pero no me iré contigo, no! Me iré tranquilamente cuando llegue mi tiempo… ¡tu tiempo está bajo mis manos! 

- No hay tiempo, no lo hay, ni lo habrá… 

Sus palabras no dejaban de retumbar dentro de mi cabeza. Golpeaban cada rincón de mi cráneo, un dolor insufrible, me torturaba sin piedad. 

- …No… no debemos estar cerca, ¡vete! 

Al gritarle a la chica, ambos regresaron a verme pasmados. Me juzgaban de loco, pero ellos no lo entenderían. Una vez más intentó acercarse a mí. 

- Vaya idiota… ¿Qué te ocurre, erizo? ¡Contrólate! ¡Debemos irnos y nos iremos ahora mismo! 

El momento… y su sufrimiento… 

- No podría, no debería… debo irme, irme, ¡irme! 

Eso hice, me fui. Corrí, corrí tan rápido como me lo permitieron mis piernas, Shadow debía quedar atrás. No sabía a dónde, o por qué. No había un punto fijo, o un destino. Lejos de él.


---------- Aviso de Sam ----------

*08/03/2015

¡Hola! :D

¡Vaya lunes que me ha tocado! D: Inundada de tareas! D: Al menos lo más feo ya pasó, pero igual parece ser que toda la semana estará fea ; u ;

Cómo han estado ustedes? Qué tal el inicio de semana? :3 Listos para San Valentín? >u>

Tercer lunes actualizando y escribiendo, se siente bien volver, yay! \ ^o^ /

Espero que la historia sea de su agrado! Muchísimas gracias de verdad por sus comentarios y sus visitas, de verdad toda clase de apoyo es más que bienvenido y me pone muy contenta! X3

Pero bueno, sin más que decir, me retiro c:

¡Cuídense mucho y huyan de los deberes y la escuela! ; A ; /


4 comentarios:

  1. caceria de shadow? Yo quiero partisipar! Jajajajja
    Lindo objetivo le toco a la pobre...de paso q este es medio recentido XD jajaja estaba anciosas por este capi jojo al fin...solo me queda esperar el especial...ahora con tantas ideas q tienes no se lo que saldra de eso jajaj dios ya quiero leerlo ajaja...cuidate samus!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. 5 millones de dólares por su cabeza! \ ; A ; / (O desnudo? .//O//.)

      Haha gracias por el comment, siempre me ponen feliz n///n! Cuidaos y ten lindo día :D!

      Eliminar
  2. asahdhkbasklkjbfklnlsnfinedujvkdnboxdndkc Muy bun capi. :3 Ya estoy al tanto de tu historia y wooooooooooooooooooooooooooow!!!! *0* Es bellisima!!!! Por favor continua y gracias por comentar en mi blog "Las aventuras de kath" De verdad te lo agradesco y se bienvenida en el ^^ Un beso amiga y bueno ya casi es san valentin y bueno... estudio para la UNI. TTnTT Estamos igual :'3 Bueno por ahora no hay de otra, un beso chao!!!

    ATTE: Kath Fregoso :3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yay! Estoy feliz \ ^o^ /! Haha gracias! :D De verdad espero que capis futuros igual sean de tu agrado, o hasta más XD
      Oooh, y no hay de qué! n-n Me gusta mucho tu blog y adoro dejar comentarios regados por el mundo, son buena forma de dejarles saber que quiero seguir leyendo más! (Así que sí, tu blog está en mi lista de blogs que adoro y quiero que sigan :P )
      Haha ugh, feliz casi San Valentín y que seamos libres prontos de tanta cosa ; A ; /
      Cuídate mucho y nuevamente muchas gracias! :D!

      Eliminar