lunes, 1 de junio de 2015

XXXIII


Nos dejamos caer contra el césped. Para la hora que era y el lugar en el que nos encontrábamos, todavía se podía sentir bastante calor, así que la humedad del pasto ayudó a tranquilizarme. Eso, y su compañía. Estaba contenta.

- Sí. La verdad, me fue mucho mejor de lo que me imaginaba.

- ¿Y qué era lo que te imaginabas?

- Ya no lo recuerdo. Cosas absurdas. – Primero solté una leve carcajada, tratando de conservarme optimista. No duró mucho. - ¿Sabes? Quiero mucho a mi familia, pero… no sé, llega una edad en la que parece que todo se derrumba y, no importa cuánto lo intentes, no puedes cubrir todas las grietas del pasado.

- ¿Una edad?

- Bueno… eh, mi nacimiento.

- Estás exagerando. – Se sentó, mirándome directo al rostro.

- Un poco. – Dije desviando la mirada, soltando un suspiro. - No, simplemente no sé expresarme. En resumen, la relación entre mi padre y yo nunca ha sido muy buena que digamos… - Hubo un breve silencio, como si hubiera adivinado que había algo más. – No es gran cosa, Sonic. Nos llevamos muy bien, nos queremos… es sólo que él nunca quiso una hija.

- Sí, estás exagerando. – Desvió su mirada y volvió a dejarse caer contra el césped, relajado. – A mis padres les pasó al revés.

Regresé a verlo, curiosa.

- Ellos querían tener dos hijos, pero los doctores le dijeron a mi madre que ella ni siquiera podría tener uno. En fin, aquí me tienes… Lástima que ellos querían niñas.

- Oh… - No supe cómo responder a eso. – No deberían hacerse esas ilusiones, deberían aceptar lo que la naturaleza les dio… ­ - Negó con la cabeza y puso su mano sobre mi pelo.

- Y lo hacen, Miracle. Yo sé por qué estás pensando así. – Se hincó frente a mí, sin quitar su mano de mi cabeza, me sonreía. - Escucha, no puedes cambiar lo que eres, ni deberías, ¿sabes por qué? Porque eres bastante agradable, tal y como eres. Sé que tu padre está agradecido de tenerte como hija, ¿o acaso te ha dicho lo contrario? – No respondí. No lo había hecho. Se levantó y retrocedió un par de pasos, alzando el rostro. – ¿Lo ves? Lo reconoces, estoy seguro de que te adora. Además, es un bono que seas tan tierna.

- ¿Tierna? – Dije confundida.

- ¡Sí! La primera vez que nos conocimos, yo creí que tenías trece, catorce años. – Respondió soltando una pequeña carcajada.

No pude evitar sonrojarme un poco. Me apenaba que el erizo dijera cosas tan amables sobre mi persona. Me gustaba, pero seguía siendo vergonzoso. Era alguien demasiado amigable, bueno.

– Sobre todo si sumamos tu forma de pensar. – Antes de añadir, su sonrisa desapareció por unos instantes. - Todavía piensas como una niña.

Desvié la mirada, no estaba segura de qué quería decir con eso. Sé que puedo llegar a ser algo infantil… No estaba sintiendo lástima por mí, ¿o sí? No lo hacía. En fin, por alguna razón aquellas palabras rezumbarían en mi cabeza incluso días después.

- Y dime. – Interrumpí el silencio. – ¿Cómo te fue a ti en tu misión?

No era el mejor narrando, pero la verdad me dio mucho gusto escuchar su versión del día tal y como lo hizo. Tenía un humor y una manera de ser muy agradables. Ciertamente fue mucho más interesante que la mía.

- ¡Vaya! ¡Qué cosa tan extraña! Conozco a los de su tipo, y sujetos como él no leen ni aunque sus músculos dependieran de ello. – Puse una mano tras mi cabeza y, con cierta vergüenza, añadí. – Bueno, no es como que yo alguna vez haya tocado un libro.

- Ja ja, entiendo, tampoco soy fan de leer.

- Es que requiere de tanta concentración, estarse quieto frente a un gran muro de texto, blah blah blah. – Hice un gesto ridículo, sacando la lengua y atropellando mis palabras al imitar alguna clase de texto histórico. - ¿No podrían decirlo de una manera más interesante? Me gusta más la acción. –Dije después de dejarme caer una vez más contra el césped.

- Así se habla. – Asintió, con los ojos cerrados. – Pero le hace bien a ese cabeza hueca, y respeto mucho a quienes leen. Conozco gente realmente brillante, ¿pero sabes algo? Tengo la ligera sospecha de que él lee más bien para impresionar a alguien.

- ¿Ah, sí? ¿A quién? ¿A su profesor de filosofía?

- A mi ex novia. Ella… no brillaba por su inteligencia, pero es una gran persona y es talentosa en varias cosas. A mucha gente le gusta ella.

La verdad no me gusta tocar temas como este, la gente se pone intensa cuando se habla de amor, pero si lo traen a la conversación, ni modo, quieren hablar de ello. Por eso fue que me atreví a preguntar.

- No me digas que tu ex novia era como la chica popular del colegio. ¿Acaso tú eres el chico popular en tu escuela?

- Podríamos decir que sí, pero no de la buena manera, ja ja.

- Rayos, entiendo el sentimiento. – Reí con él.

- En realidad, me hice conocido cuando nos volvimos novios, podrás imaginarte en qué clase de leyenda me convertí cuando terminé con ella. Ahora me han de odiar más que antes.

- Y ese equidna… uh, Knuckles, me imagino que era parte de ese grupo de la gente que te odia.

- ¿Qué si es parte? ¡El fundó el grupo! ¡Hasta le puso nombre! ¡Muerte a Sonic!

- Ja ja, ¿qué? Bueno, ahora todo tiene sentido. Él, tú, ella… están locos.

- Un poco, un poco, ja ja. Aunque, ¿sabes? Te confieso que… creo que sí estoy enloqueciendo, je je.

- Oh… … … ¿Acaso es por ella?

- ¿Amy? Bueno, no exactamente. En general, todo este tema del amor… Es… desagradablemente confuso…

- Supongo que entiendo… - No lo hacía. - ¿Se puede saber cómo es que terminaron?

- Ah, no fue gran cosa. Crees que alguien te gusta, quieres ser su novio, la conoces y te das cuenta de que en realidad no te gusta. – Y, en efecto, su tono de voz sugería un honesto desinterés. - … No me mires así, no jugué con ella. ¿Y te digo algo? No puedes sólo ocultar tantos conflictos y desentendidos con un el amor lo supera todo. Prefiero sólo ser amigos, no me gustaría que me conociera lo suficiente como para odiarme.

Hubo un largo silencio antes de que me atreviera a añadir algo más.

– Es absurdo, porque, ¿sabes? Yo creo que tú eres bastante genial, y entre más te conozco, sólo me caes mejor.

- Qué amable, Miracle. – Regresó a verme, esta vez su sonrisa era distinta, más suave, inocente. – Ojalá todos pudiéramos sobrellevar los defectos de los otros y sólo disfrutáramos de sus virtudes. El mundo sería más divertido así, ¿no crees?

- Bueno… – Pero si siempre dejamos pasar lo malo, si tratamos de perdonar lo imperdonable… Si nos tomáramos más tiempo para conocer a la gente... - ¿Sabes? No eres al único a quien odian a lo tonto.

- ¿Ah, sí?

- Shadow… A él no le importa, ¿pero me creerías que a mí sí? - Dije sentándome, con la mirada algo perdida, algo triste, abrazando mis piernas, no sabía si por el miedo que siempre me daba al pensar en él o si acaso empezaba a helar. – Sólo digo que es molesto ver que tanta gente lo deteste, aunque… no sé, pero a veces se siente como si él se esforzara por ganarse ese odio…

- No te muevas de aquí, ya vuelvo.

No sabía cuánto tiempo había pasado, si tardó o si fui yo quien se perdió, pero cuando abrí los ojos, vi una fogata frente a mí. Él se sentó al otro lado de ésta.

- Y dime, Miracle, me quedé pensando… ¿Tú tienes novio?

- No, realmente no me interesa involucrarme así con quien sea.

- ¿Cómo así?

- Bueno, no sé, simplemente no lo he pensado mucho que digamos. Esa, la posibilidad de tener novio. 

-¿Pero te ha gustado alguien alguna vez, no?

- No… en realidad, no… - Pero él notó algo en mi respuesta. No mentía, sólo no estaba del todo segura. Sé que me ha gustado gente, una que otra persona, pero, entre más me gustan a mí, sé que cada vez menos les gusto yo. O agradar. Pero eso no era algo que quisiera que él supiera.

- Oye…

- ¿Mande?

- ¿Estás segura de que no te gusta Shadow?

- ¿Shadow? – Incliné mi cabeza, mirándolo con duda.

- ¿Por qué esa manera de reaccionar? – Rio. - ¿O qué? ¿Acaso se te hace feo?

- No, no, para nada… Perdón pero, ¿por qué la pregunta?

- Dejémoslo en simple curiosidad. – Y, como si algo le impidiera hablar, pasaron unos segundos antes de que añadiera. – Es sólo que siempre los veo juntos, siempre que habla de algo, es sobre ti.

- ¿De verdad? – Pregunté con gran asombro. Eso no me lo esperaba.

- Si. Bueno, no siempre son cosas buenas…

- Eso lo explica todo. – Eso sí me lo esperaba.

- Sí, pero, no lo sé. Sé me hace que es de esos sujetos que dicen una cosa y sienten otra. No sé, llámame loco, pero hay gente que traduce su cariño en odio, algo así para que los demás no sospechen, pero lo hacen más obvio.

Reí.

- Si te escuchara decir estas cosas, nos condenarías a ti y a mí.

- Sí, ja ja, pensé exactamente en lo mismo. – Acompañó mi carcajada. – Pero no deja de ser cierto. Lo creo, en verdad lo creo. Es más, yo creo que le molestaría porque sabe que es cierto… Aunque, en realidad, me hizo más sentido que hubiera algo entre tú y él por ti que por él.

- Pues ya ves que no, erizo. – Respondí con cierto aire de indignación. Una parte de mí no soportaba la idea en general. Otra parte de mi lo dejaba pasar porque, bueno, Sonic me caía bien, y no quería ser desagradable con él.

- Finalmente, creo que él tiene algo por una chica de Downhood… - Tanto su tono como su semblante habían cambiado. - Eso explicaría por qué se va tan seguido a esa ciudad, ¿no crees?

Hubo un largo silencio, no estaba segura del por qué. ¿En serio habría ido a Downhood, en momentos como estos, sólo por una chica? Realmente no me importaba, supongo que cuando tienes... bueno… tu tiempo contado, lo único que quieres hacer es aprovechar cada segundo, pero… no sé, ahora que éramos un equipo, ahora que éramos amigos… bueno, eso era lo que creía.

- Si te soy sincera, ni siquiera estoy realmente segura de qué es lo que pienso de Shadow. No sé, a veces no lo soporto, pero me agrada muchísimo. – Reí recordándolo, podía ser tan ridículo y molesto a veces, pero eso me divertía mucho. – Es un amargado, pero me hace reír, no sé, no sé cómo alguien tan amargado puede ser tan agradable. En fin, si le gusta alguien, no podemos detenerlo, ¿o sí? Y, si te soy sincera, no tienes idea de qué humor tan excelente me pondría que se encontrara a alguien que por fin lo hiciera sonreír. – Concluí alegre, con humor. No me lo esperaba, y realmente no lo creía, pero si era cierto, ya era hora.

- Supongo…

Volvimos a callarnos. Pasaron unos segundos antes de que respondiera, y todavía otros más hasta que alguien se atreviera a pronunciar palabra.

Esa fui yo.

- ¿Sabes? Yo pensaba lo mismo con respecto a ustedes dos.

- ¿Cómo? – Preguntó, confundido, regresándome a ver.

- Pues… eso, parece que te odia, pero yo sé que él te estima demasiado, más de lo que le gustaría admitir.

- Ja ja, y ahora soy yo quien no sabe de dónde te sacas eso. Ya sé que él sólo me usa para lo que sea que esté buscando.

- Claro que no. Lo creas o no, después de convivir tanto tiempo con él, llegas a conocerlo. Además… - Sugerí con cierta picardía. – Yo sé un pequeño secreto.

- Ajá…

- Y… te involucra a ti. – Añadí regresándolo a ver, con una gran sonrisa, mis ojos cerrados.

- Ahora tú estás siendo la rara. – Dijo alzando un poco la voz, retrocediendo, alejándose de mí.

- Claro que no, tú eres el que está actuando extraño. – Dije al percatarme de su exaltación, se mostraba incluso nervioso… - No debería, pero bueno, te lo diré. – Volví a sonreír de oreja a oreja, pero parecía como si, de cierta manera, él todavía se encontrara ajeno a mis palabras.

- Incluso si él necesitara de gente, todos sabemos que él no quiere eso. – Interrumpió, retrocediendo todavía más, apartándose. - Simplemente prefiere estar solo. Incluso siendo una herramienta para él, soy más un estorbo que una ayuda.

– ¿Y esos monólogos de dónde te los sacas? Cálmate. – Negué con la cabeza, optando por ignorar sus sandeces. Un momento parecía un sujeto normal, y al siguiente estaba más loco que todos. - Cuando huiste de la base de Eggman, él estaba totalmente preocupado por ti. Él decidió ir a buscarte inmediatamente. – Dije poniéndole la mayor emoción posible. Pensé que decírselo ayudaría a tranquilizarlo. Fue el efecto contrario.

- Pensé que habías sido tú.

- Deja de balbucear. – Reí. – No, claro que me preocupé por ti, pero estaba a solas con el erizo, ¡no podía pensar realmente en nada que no fuera él!

- Y apuesto a que eso era lo que querías.

Algo se veía distinto en él, pero el cambio había sido tan sutil que me di cuenta cuando ya era tarde. Seguí hablando sin chistar, realmente envuelta en el chisme.

- ¿Qué dices? ¡No, no! ¡Me mal entiendes! – Solté otra pequeña carcajada, asumiendo que bromeaba. No lo hacía. – Sonic… Shadow me da miedo, es como una pesadilla hecha realidad. No importa cuánto lo conozcas, cuánto te convenzas de que es un buen tipo, él se encuentra envuelto por un aura poderosa, un aura que emana una desconfianza e inseguridad indescriptibles, lo sabes.

No hubo respuesta, aunque por un breve instante mis palabras lo hicieron reaccionar, lo pude ver en su mirada. Pero, como dije, fue sólo por un breve instante. Una vez más su rostro se vio envuelto en amargura. Finalmente, me torné seria, tan seria como puede tornarse alguien confundido.

– Él no me gusta, ¿entiendes? Sí, bueno, me agrada, me agrada más de lo que creería que podría agradarme un amargado. Y ahora sé que le importo, pero las cosas no cambian… ¿Pero por qué rayos te estás clavando tanto en el tema? ¿O…? ¡Háblame desde el inicio! Estoy totalmente perdida, ¿de qué se trata todo esto? ¿Qué quieres saber? ¿A qué quieres llegar? ¿Qué sabes de él? O, ¿qué sabes de mí? ... ¿Quién e-?

Callé de súbito. Sentí una mano contra mi cuello, apretaba muy fuerte.

- Haces muchas preguntas.

Estaba desesperada. Su mirada, su semblante, sus ojos eran completamente distintos, peor que los suyos, peor que los de ellos. Fríos, completamente muertos.

Completamente rojos.

Su mirada, fija, llena de odio y a su vez tan ausente, era aquella mirada que ya tan bien conocía. Pero que de alguna manera había ignorado hasta ahora.

- ¿So… Sonic?

De repente, me sonrió.

Malicia.

- Si en verdad le importaras, ¿por qué te dejaría a solas conmigo?


Impacté contra el suelo, bocarriba, y el golpe había sido tal que no sentí los siguientes. Sabía que el erizo ocultaba algo, no por nada permanecía tan cerca de Shadow, pero su fuerza era más de la que había imaginado.

Apenas pude levantar el rostro lo suficiente para verlo. Temblaba.

- Sonic… por favor… sólo dime… de qué se trata todo esto. ¿De Shadow? ... – Entreabrí los ojos. - … ¿Quién eres tú?...

- ¿Qué quién soy yo? – Repitió, molestándose una vez más. Era una mirada fuerte, insoportable. - ¡Quién rayos eres tú! ¿Una cara bonita? No lo creo. Eres una estúpida niña que… ¿qué? – No vi cuándo llegó. Desapareció de repente y, un segundo después, ya se encontraba frente a mí. Me pateaba, múltiples veces mientras hablaba. – Te la pasas siempre con él, como un parásito. ¿Tienes sentimientos por él o sólo juega contigo? – Lo disfrutaba, pero no parecía moverlo el sadismo. En realidad, era como si tuviera una furia ciega y la desahogara conmigo. Volvió a lanzarme con fuerza, esta vez estrellándome contra el tronco de un árbol. No quise ni intentar moverme esta vez. – No… puedo sentirlo… Tú estás en su contra… ¿Por qué siempre estás ahí?

- … ¿Quiénes son ustedes?...

Pero no me escuchaba.

- Sea cual sea la razón, no dejaré que te sigas acercando a él.

- Veo que no me explicarás de qué se trata todo esto, pero puedo garantizarte que no soy ni un parásito ni una distracción… – Perdí el equilibrio y caí, apoyaba mis manos contra el suelo. – Y, lo creas o no, ¡yo nunca traicionaré a Shadow!

Pero él no me escuchaba, simplemente no lo hacía.

- ¿Sonic?... - Él seguía con el mismo discurso, la misma exaltación. De cierta manera, todo se volvía más claro, y la idea me entristeció. Traté de contenerme. No sabía qué ocurría, cuándo ocurrió. Un momento reíamos, confiábamos, y ahora… - ¿Qué te importa a ti todo esto? ¿Querías sacarme alguna clase de información? ¿Qué es Shadow para ti…? - Agaché la cabeza, resignada. – Tú… ¿en serio eres uno de ellos? … ¿Eres un espíritu?

Tragué saliva

- Bingo.

Sonrió. Su rostro se llenaba de malicia, crecía conforme alzaba su brazo y me apuntaba con su mano. Se burlaba mientras formaba una bola de energía roja.

- Ojalá no fueras tan débil. Creía que, al menos, algo tendrías de interesante.

Me levanté como pude, una mano contra mi vientre y la otra sobre mi brazo. Me tomó un tiempo antes de poder alzar la mirada, antes de verlo. Sonreí, reí…

- No pienso pelear contra ti.

- Qué decepción.

Y aunque en su rostro se podía apreciar un gran odio hacia mi persona, era cierto; yo no pelearía contra él.

- Tal vez no nos conocimos lo suficiente…

Al escuchar mis palabras, bajó su brazo por unos instantes, desconcertado.

- Tal vez, tal vez… – Mas pronto volvió a alzar el brazo, firme. – En realidad, no podría interesarme menos. En fin…

- En fin… - Repetí, mi voz siendo casi inaudible, bajando la mirada.

- Vaya, ¿ni siquiera lo vas a intentar? Qué patético. – Sonrió, aunque su ceño seguía fruncido. – Bueno, menos mal. Quizá no eres tan tonta como yo pensaba.

La bola de energía aumentó de tamaño en un abrir y cerrar de ojos, era un poder inmenso. El viento soplaba con gran furia, mi cabellera no me dejaba ver nada. Todo se iluminó de repente.

Atacó.

Inhalé… me concentré y alcé la mirada.

- ¡O quizá tú me estás subestimando!

Una gran cantidad de energía salió desprendida de mi cuerpo, actuando como una especie de escudo. Por unos instantes, pude ver en su rostro temor. Temblaba; se había puesto nervioso.

Lamentablemente, no había sido tan gran cantidad como yo hubiera querido.

Su molesta sonrisa volvió a marcarse en su rostro cuando culminó la enorme explosión y pudo ver mi cuerpo tirado al final de un gran camino de suelo erosionado.

- Admito que estoy admirado… pero dime, ¿qué rayos fue eso? ¡Cómo demonios lo hiciste!

- Yo también tengo mis secretos… - Respondí con mucho esfuerzo, sosteniendo una pequeña sonrisa orgullosa, sin poder siquiera mirarlo.

- Sabía que ocultabas algo extraño, tu simple presencia me resultaba repugnante. ¿Quién eres?

- No diré… nada sobre mí… hasta que no me digas… qué rayos eres tú, y qué quieres…erizo…

- No lo entiendo, ¿qué mueve tanto esa curiosidad? – Preguntó acercándose unos cuántos pasos al frente, moviendo sus cejas con desagrado. - ¿Qué de interesante podría… tener yo?

- Sonic… - Hice un último esfuerzo, logré retroceder un poco y apoyarme contra una piedra, haciendo igualmente un gran esfuerzo para alzar la mirada y para abrir mis ojos. Para verlo. – Nadie puede ser tan lindo y amable un momento… y al siguiente ser un completo imbécil.

- ¡Ja! ¿Qué dices? Bueno, no importa. Ahora, no me veas con esa cara. – Dijo habiendo llegado a mí, tomando de mi rostro y acercándose a él. – Dicen que perro que ladra no muerde, ¿verdad, perrito? – Apretó y, burlándose, se alejó nuevamente unos pasos. - Además, a veces es mejor no saber algunas cosas… Pero eso no te incluye a ti. – Regresó a verme de súbito. – Habla.

No respondí.

- ¡Bien! Como sea… ¡Hasta nunca, fenómeno…!

Sentía el calor incrementar en todo mi cuerpo. Estaba confundida, estaba triste, ¿cómo había llegado a esto? …Shadow… Él tampoco lo sabía, ¿o sí? … ¿Por quién me dejaba engañar? ¿Quién… qué era Sonic?

Al instante, el calor se fue y volvió a helar. Abrí los ojos de súbito, incrédula… tan feliz como podría estarlo cuando… bueno… Él.

- Ella no es el único fenómeno, fenómeno.

Detenía de su muñeca con fuerza, seguro. Molesto.

Reí.

- ¿Cómo es que siempre eres tan oportuno, Shadow?

- Miracle. – Regresó a verme por un breve instante, regalándome una sonrisa calma, llena de alivio. – Ya habrá tiempo para disculparme. Te prometo que volveré inmediatamente.

Extrañada por su actitud y sus palabras, no pude hacer más que abstenerme a ver y a escuchar.

- ¿Qué… qué está pasando? ¿Tú…? – Al regresar la mirada y ver a Shadow, el erizo se contentó de una manera impresionante. Eso no podía ser actuado, era honesto, pero aunque era auténtico, así no era Sonic. Lástima que el desagrado que Shadow tenía por él también era auténtico.

- Es lo que quisiera preguntarte yo.

- Vamos, tú no te preocupas por ella, ¿o sí? … ¡Por qué te preocupas por ella! ¡Qué importancia tiene ella para ti! ¡Por qué! ¡Responde!

- Ja… - Le regaló una pequeña sonrisa, cerrando sus ojos por unos instantes, tomándolo de sus manos y acercándose a su rostro. – Para mí, ella no significa nada.

- ¡Y entonces por qué actuaras como si se tratara de un ser extraordinario!

- Porque, idiota, lo es. Ella también tiene uno de esos molestos espíritus dentro de su cuerpo. Ella también está poseída.

- ¿Ella también?

- ¿Yo también? Quieres decir que Sonic…

Shadow alzó la mirada, observándome de reojo, interrumpiéndome.

- Ese no es Sonic.

- Eso explica tanto… - Dijo incrédulo, regresándome a ver con los ojos bien abiertos. – Pero… eso en realidad no la hace importante, ¿verdad? – Empezaba a exaltarse, acercándose a Shadow, tomándolo de sus hombros. Igualmente él lo tomó de los suyos, y aunque un momento Sonic sonreía, al siguiente se veía más bien preocupado, con miedo.

- No era muy difícil adivinarlo, ¿o sí? – Shadow hizo una mueca, agachando la mirada, con los ojos cerrados. Empezó a arrastrar las palabras, se sostenía con dificultad, y el otro erizo se preocupó por él. – Ahora… ¡sal del cuerpo de mi amigo!

Sosteniéndolo, firme, algo comenzó a iluminarse entre ellos dos; temblaba. Culminó en una especie de explosión, pero algo había tenido de diferente. Sonic, sin haber quitado los pies del suelo, derrapó unos metros hacia atrás, retrocediendo. Shadow respiraba con agitación, sus manos contra sus rodillas. Humo salía tanto de sus manos como de los hombros de Sonic. Ambos respiraban con dificultad.

- Ya veo. Y tú no eres él, ¿verdad? – Rio, después de haberse puesto serio. – Porque, incluso pudiendo ver a través de estos ojos, decido todavía verte con los míos. – Dijo cubriendo su rostro con una de sus manos. – Y él definitivamente está cerca. Está en ti.

- ¿Shadow?

Regresé a verlo, finalmente de pie, retrocediendo hasta detenerme con un árbol, temerosa, viéndolo directamente al rostro. A diferencia de Sonic, su semblante seguía siendo el mismo de siempre, pero ahora todo se volvía confuso. Desde que lo conocí, él ha tenido esa misma mirada y esa misma actitud. Ha sido tanto tiempo…

- Sí, lo está… - Dijo colocando una mano sobre su pecho, sobre su corazón. – Y, si no quieres que se vaya, será mejor que me regreses a Sonic.

- No lo harías…

- ¿Lo haría? – Respondió escéptico. – Porque, créeme, yo no tengo que hacerlo. Él lo haría porque sé, siento, lo mucho que le repugna tu mera presencia.

- ¿Lo sabes? – Respondió volviendo a soltar una pequeña carcajada, dando unos aplausos, pero sabíamos que lo hacía para ocultar su verdadero temor. Sus piernas flaqueaban. – Interesante. Bien jugado, bien jugado, aquel al que llaman Shadow… ¿Pero sabes? No eres el único que puede hacer eso, yo también pienso lo que este sujeto piensa, y también puedo sentir lo que alguna vez sintió… o siente. – Sonriendo y, con una mano cubriendo sus ojos, alzando el rostro, añadió mientras que un humo comenzaba a desprenderse de su cuerpo. – Te felicito, no te atreviste a destruir este cuerpo. Se necesita gran fuerza de voluntad para ir en contra de los deseos de tu contraparte fantasmagórica. - Descubrió uno de sus ojos, mirando a Shadow con una sonrisa bastante intimidante, deformada. - Y, en realidad, eso me alegra mucho porque significa que yo no tendré que hacer nada, sólo dependo de sus débiles partes humanas y el resto se hará solo. – Cayó al suelo, sosteniéndose con dificultad con ambas manos. Alzó a ver a Shadow una última vez, con una sonrisa de oreja a oreja, tenebrosa. Reía. – Me alegra que sea recíproco.

Finalmente, se dejó caer totalmente contra el césped, como si así hubiera dado fin a una terrible pesadilla. O al menos un respiro de ella.

- Es todo lo contrario, y lo sabes, maldito enfermo mental. – Shadow retrocedió un paso, sin poder separar sus dientes al hablar, sus manos echas puño. Estaba furioso a tal punto que se había puesto rojo. No obtuvo respuesta.

- Shadow…

Volteó a verme de inmediato, en un principio sorprendido, como si lo hubiera traído de regreso al mundo. Al siguiente, se mostraba relajado.

- Vi esa gran explosión a lo lejos y sabía que estabas en problemas. – Soltó una carcajada, irónico. - Siempre lo estás… Lamento haber llegado tan tarde. – Y aunque su rostro develaba lo que aparentaba ser angustia, desconfiaba de su mirada.

- Shadow…

Sin embargo, antes de que pudiéramos añadir algo más, regresamos la mirada al escuchar su voz de nuevo. Después de no mucho tiempo, Sonic volvió a levantarse.

- Shadow… - Hablaba con dificultad, arrastrando las palabras. - ¿Qué acaba de suceder? ¿Por qué me duele tanto mi cuerpo?

- Porque eres débil. – Dijo alzándolo de la chamarra, mirándolo cada vez con más odio, como si la mirada con la cual lo había visto segundos atrás nunca hubiera existido.

- No te entiendo, ¿qué sucede?

- Lo que me faltaba. – Añadió lanzándolo contra el suelo, dándonos la espalda por unos momentos.

Me lancé como pude, tratando de atrapar al erizo, pero fue él quien me atrapó a mí.

- Miracle, no sé qué es lo que sucedió, sólo sé que te debo unas disculpas de aquí hasta que muera…

- No, no te preocupes, Sonic. No fuiste tú, ¿verdad? – Lo abracé con un brazo, mis ojos cerrados con fuerza. – Me alegra tanto que no hayas sido tú. – Susurré.

Me devolvió una sonrisa, pero veía en su mirada que él no estaba del todo convencido. De hecho, intentó apartarse de mí, como si temiera que se pudiera repetir.

Nos vimos interrumpidos cuando escuchamos a Shadow alzar la voz. Regresamos a verlo, se mostraba sumamente molesto.

- Ahora él sabe quién soy yo.

- ¿Él… quién? – Preguntó Sonic, alzando la mirada.

- ¡Ozane! – Respondió de un grito, apuntando al erizo con su dedo. – El espíritu que tienes dentro.

- ¡Ozane! – Exclamó incrédulo.

- ¿Qué tiene dentro?

- Si, pero no recuerdas nada porque él no quería que lo supieras. – Se acercó a paso rápido, firme, con el ceño fruncido, lo cual por instinto me hizo retroceder, asustada. Nos señaló a ambos. - Miracle comparte su cuerpo con quien sea alma benevolente, o qué se yo, que emana un aura asquerosa de bondad a kilómetros de distancia. Hay que ser estúpido para no notarlo… - Dijo con una mano contra su rostro, soltando un suspiro. – O no tener esa molesta habilidad… Y tú... ¡Tú ahora compartes tu cuerpo con un lunático! – Se enfureció al vernos tan desconcertados. - ¡Dejen de comportarse como estúpidos! ¿Les tengo que explicar todo?

- Sí, Shadow. – Dije levantándome, acercándome a él, a paso lento, pero sin chistar. – ¿Cuándo entró este espíritu a su cuerpo? ¿Quién es ese tal Ozane?

- Él, estúpidos, es-

- El tucán con el que peleamos en Jewel City… - Interrumpió. - …Fue cuando atravesó mi cuerpo y, bueno… desapareció…

- Bien, bien, ya era hora de que comenzaran a pensar. Pero, como ya lo vieron, él no desapareció.

- Maldita sea.- Al escuchar sus palabras, Sonic se dejó caer contra la tierra, boca arriba.

- Sí, justamente así. Maldita sea.

- Y ahora él sabe quién eres. Pero… - Lo tomé de su brazo al notar que planeaba dirigirse al erizo. - … nosotros no lo sabemos. – Acerqué mi rostro contra el suyo, mi frente contra la suya. - ¿Quién eres tú?

- Miracle, ¿de qué estás hablando?

Al principio, me miró con desconcierto, pero al poco tiempo, empezó a reírse.

- ¿Otra vez con la misma pregunta? A veces eres muy adorable, por no decir ingenua. – Dijo como si ignorara, o más bien, como si mi actitud le divirtiera, pues únicamente me tomó de mis mejillas y sacudió mi rostro, entretenido. Luego, me dio la espada. – Ni modo, ya ni siquiera tiene caso ocultarlo. Soy lo que ves, Miracle… - Volteó a verme con una sonrisa distinta, pretendía ser optimista… pero era ajena, distante. Falsa. – Un erizo poseído por un demonio.

- Pero… cómo, cuándo… dónde…

- Creo que es mejor si respondo a eso en el orden invertido. – Dijo alzando el rostro, observando las estrellas. – Ocurrió en Downhood… ¿Tres meses atrás? Sí, aún no nos conocíamos… Y, fácil; la primera pelea en la que perdí, fue contra un espíritu.


- ¿No vas a preguntar quién era ese espíritu? – Soltó una carcajada. – Siempre ignorando los detallitos. ¿No sabes que las cosas grandes están conformadas por cosas pequeñas? – Viendo que no obtenía respuesta, su sonrisa se borró por completo de su rostro. – Ese día conocí a nadie más ni nadie menos que Hamadi.

- Pero… pero…

- Sí, te faltó preguntar “¿por qué?” – Interrumpió recargándose contra un árbol, cruzando de brazos y finalmente mirándome al rostro con la seriedad debida, con la seriedad que, en efecto, era característica de él. – Pensemos un poco, Miracle, como espíritus. ¿Puedes hacerlo, cierto? Es difícil andar sin rumbo por este mundo desconocido donde ni siquiera puedes salir de día, donde no importa cuánto intentes reponer energías, uno ya no tiene un cuerpo al cual alimentar. Por eso es que nos necesitan, somos un refugio para ellos. Supongo que ese sujeto vio en mí lo que necesita para lograr su objetivo, sea cual ese sea.

- Shadow… - Pasaron unos segundos antes de que me atreviera a añadir. – ¿Es por eso que a ti no te importa morir?

- Ja, ¿de qué hablas?

- Cuando pusiste tus manos sobre sus hombros, y tu mano sobre tu corazón… - Me interrumpió con la mirada, viendo de reojo al otro erizo. Segundos después, cuando se encontraba lejos, fue como si me diera una señal para continuar. - ¿Acaso tú también puedes-?

- ¿Expulsar esos estúpidos rayitos? – Rio. – No, pero eso no es algo que quiero que él sepa.

Su respuesta fue un alivio. Él no había pensado realmente en hacer esa locura.

- Y la espada… ¿Por qué no fue por ella?

- Porque el idiota tiene otras prioridades, él tiene un único objetivo. – Dijo cruzándose de brazos, agachando la cabeza y cerrando los ojos, amargo. – Ahora es el doble de insoportable…

No quise hacer más preguntas, todavía no me atrevía a hacerlo. Ahora comprendía que, mientras tuviera a este ser extraordinario dentro de mi cuerpo, me apoderaría un temor incondicional cada vez que me acercara a Shadow. Aunque, bueno, estaba acostumbrada a eso. Y aunque él lo notaba, empezó a acercarse a mí, pasos más, pasos más, y si no fuera por mi condición, no hubiera dejado que me alcanzara. En realidad, impidió que me cayera.

- Miracle, contrólate… Shadow sí existe. – Dijo tomándome de las manos, acercándose a mí, serio. – Lo sé porque yo soy Shadow. – Su rostro se ablandó, mostraba seguridad. – Y no dejaré que ningún estúpido espíritu me manipule… Te felicito por haber superado tu miedo incondicional. Gracias por confrontarme. – Me regaló una sonrisa distinta, amigable, orgullosa. - … No lo vuelvas a hacer. – Y, soltándome con brusquedad, apartándome, añadió. – Ahora, quítate esa estúpida idea de salir corriendo, que si tú no puedes confiar en mí, yo puedo menos en ustedes dos. – Añadió adelantando varios pasos al frente, deteniendo a Sonic del brazo, quien, en efecto, ya se había adelantado. – Porque, ¿sabes? Ya tuve suficiente de este idiota huyendo.

- Shadow, por favor… ¡Suéltame! – Se sacudía, como si acaso la mano de Shadow sobre su brazo lo quemara, o algo por el estilo. En serio se esmeraba en zafarse.

- No hasta que dejes de comportarte como una nenita. – Lo detuvo con firmeza, jalándolo tras de sí, comenzando a caminar. – Andando, estoy harto de todo esto.

- ¿Y a dónde vamos? – Cuestionó el erizo, nervioso.

- A tu casa, ¿a dónde más? – Respondió, acercándoselo al rostro y viéndolo con desagrado, con los ojos entre cerrados, sin ganas de seguir discutiendo. – Tú y yo tenemos que hablar…

- Shadow… - Y aunque Sonic parecía tener la intención de protestar, no pudo hacer más que tragar saliva.

Preferí evitarme un mal rato y obedecí los pasos de Shadow. Fui tras ellos.

La confesión creo muchísima tensión entre los tres, pero eso sólo era más razón para permanecer juntos. Así que, mientras una parte de nosotros seguía siendo de aliados, la otra parte, por lo que entendía, indicaba que todos éramos enemigos.

Y aunque no comprendía cuál era el verdadero objetivo de Hamadi, o el de ese tal Ozane, lo que más me preguntaba era cuál era el objetivo de ese anciano que habitaba mi cuerpo.

Lamentablemente, yo no podía sentir ni pensar como lo hacía mi huésped, así que pronto quedé excluida del secreto que existía entre esos dos.

Y cuando finalmente empezábamos a ser un equipo…

---------- Aviso de Sam ----------

¡Boo! ; A ; / 

He regresado del otro mundo ; A ;/! 

Oh, Dios, al fin mañana termino con exámenes y seré completamente libre ; A ; / Pero no podía esperar, tenía que seguir con la historia y al fin terminé el nuevo capítulo ~u~!

Lamento la tardanza, la verdad sí me dio flojera pensar en escribir por un tiempo y sí que no quería escribir basura D: Así que espero esto sea de su agrado y me perdonen por mi irresponsabilidad x u x 

Volvemos a la rutina, cada Lunes un nuevo capítulo c: ! 

Espero este sea de su agrado n-n! 

Que tengan muy buen inicio de semana :D! 

5 comentarios:

  1. Wow! Pobre Miracle! ;-;
    Y pobre su hermanito D:
    Por suerte Shadow estaba allí
    Gran capi! Ya te extrañaba ;w;
    Espero que te haya ido muy bien en los exámenes! .w./

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    1. Shadow es más heroico de lo que él piensa ; w ;
      Sí! Gracias, ya pasé todos bien, el problema es que debo francés del semestre pasado, entonces estoy estudiando como loca a diario con la esperanza de pasar D,:
      Sam ha vuelto para quedarse \o3ó/
      Gracias ^ - ^!

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  2. ¡Gracias por continuar con la historia!
    Hola, me encanta tu historia, me encanta como la has desarrollado y sobre todo la forma en la que escribes, la forma tan fluida en la que narras los acontecimientos, sin perder la esencia de los personajes, enserio eres genial, muy pocas personas tienen la habilidad que tu tienes.

    De hecho, he de decirte que empece a leer la historia en la pagina de Fanfiction, te juro que leí los 32 capítulos que tienes publicados en esa pagina en un día, no podía parar de leer por que siempre existía la curiosidad de ¿Qué va a pasar?, pero mi horror fue llegar al capitulo 32 y darme cuenta que hace varios meses no actualizabas, enserio asi lloro, pensé que había sido una victima mas de un fanfic olvidado, descontinuado o cancelado, la triste historia de muchas personas que acostumbran a leer fanfic.

    Sin embargo tuve una pequeña esperanza, quise creer que en alguna parte de Internet existía por lo menos el resumen de un final, y oh!, un caso espacial de la humanidad, una en un millos, encontré este blog y vi que tenias planeado el seguir escribiendo la historia aquí mismo.
    Enserio mil gracias!.
    Así que estaré esperando con ansias el siguiente capitulo.
    Muchas gracias por dedicar tu tiempo a continuar con esta historia.

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    1. ¡Hola!

      Para empezar, me siento enormemente contenta por tu comentario y lo que piensas del blog, ¡en serio muchísimas gracias por tomarte tu tiempo para leer!

      Lamento muchísimo ello, me gusta mantener la publicación de los capítulos constante, al menos un nuevo capítulo por semana, pero la verdad es que, en vez de conseguir tiempo libre, cada vez tengo menos.

      Haha oww, en serio lamento que te hayas tenido que trasladar de FanFiction a Blogger sólo para ver si esta historia tenía una continuación o no, sé que soy muy irresponsable. Procuro actualizar todos los lunes, si fallo uno, lo de esperarse es que publique el siguiente, sin falta. Y pase lo que pase, prometí que terminaría esta historia, y eso haré.

      Una vez más, muchísimas gracias por tomarte tu tiempo para dejarme este comentario, te lo agradezco infinitamente.

      Puedes contar con que hoy habrá un nuevo capítulo (:

      Ten lindo día, gracias.

      - SamSSF

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  3. Buena historia te felicito puedes sacar provecho de tu increible imaginacion, pasate por mi blog pues acabo de comenzar quiero la opinion de otras personas te lo agradecere

    Att: Bridget Mac
    http://sonicteamandthedarkworld.blogspot.com/

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