El individuo perfecto.
Bendecido con dotes excepcionales: su inteligencia, su fuerza, su velocidad, su encanto; el equilibrio ideal entre mente y cuerpo. Maldito por su existencia. Condenado a una búsqueda eterna en el absurdo, perdido.
La forma perfecta.
Todos tiemblan con solo escuchar su nombre, se estremecen al oír su voz. Y su mirada... fría, penetrante, inconfundible... suficiente para paralizar al cosmos.
Pero ese corazón... Oh, ese pequeño, tan frágil, tan molesto corazón...
Una vida llena de soledad. No tener a nadie, no necesitar a nadie... No hay tiempo para lamentarse, ni tiempo para los demás. Tú no viniste a este mundo para esas nimiedades. Eres un instrumento, un artefacto...
El arma perfecta.
Una carrera contra el tiempo. No saber cuándo perderás lo poco que te importa, ¡insoportable incertidumbre! Un tic-tac marcado te obliga a seguir adelante sin oportunidad de regresar a mirar atrás. Tu pasado no importa. Tu presente ya no existe. El futuro ha quedado en manos de alguien más.
Tu mente ha quedado llena de indecisión. Te gobiernan pensamientos extraños, turbulentos. Y tus emociones son tan ruidosas, ajenas...
El prisionero perfecto.
Bendecido con dotes excepcionales: su inteligencia, su fuerza, su velocidad, su encanto; el equilibrio ideal entre mente y cuerpo. Maldito por su existencia. Condenado a una búsqueda eterna en el absurdo, perdido.
La forma perfecta.
Todos tiemblan con solo escuchar su nombre, se estremecen al oír su voz. Y su mirada... fría, penetrante, inconfundible... suficiente para paralizar al cosmos.
Pero ese corazón... Oh, ese pequeño, tan frágil, tan molesto corazón...
Una vida llena de soledad. No tener a nadie, no necesitar a nadie... No hay tiempo para lamentarse, ni tiempo para los demás. Tú no viniste a este mundo para esas nimiedades. Eres un instrumento, un artefacto...
El arma perfecta.
Una carrera contra el tiempo. No saber cuándo perderás lo poco que te importa, ¡insoportable incertidumbre! Un tic-tac marcado te obliga a seguir adelante sin oportunidad de regresar a mirar atrás. Tu pasado no importa. Tu presente ya no existe. El futuro ha quedado en manos de alguien más.
Tu mente ha quedado llena de indecisión. Te gobiernan pensamientos extraños, turbulentos. Y tus emociones son tan ruidosas, ajenas...
El prisionero perfecto.
11/11/2019
-Sam